miércoles, septiembre 26, 2007

EL VENDEDOR DE YEARLINGS

EL VENDEDOR DE YEARLINGS:
Puse a mi padre a vender yearlings, pero nunca fue bueno en el mundo del marketing, más bien espantó a los clientes. Esta foto me compensa de todo.


Si me decidí a criar con Etoile Enchanté, en gran medida fue con la intención de poder hacer un día estas fotos. Mi padre de noventa y dos años, el que me inoculó la afición cuando a penas yo sabía andar, igual que a él mismo, mi abuelo le llevó de niño a las carreras de caballos al ya desaparecido Hipódromo de La Castellana. Más de cien años de afición, tres generaciones, y al fin consigo que mi padre sostenga la brida de Damiña. Esa imagen para mí, significa mucho más de lo que cualquiera podría pensar

Mis hermanos "pequeños" también disfrutaron el día previo a las subastas. No invierten un duro en mi proyecto, pues saben que la rentabilidad es cuanto menos dudosa. De todos modos les gustó mucho mi potrilla. La familia, como decía Vito Corleone, es lo más importante.


Damiña al final se vendió barata: 5.000 Euros. Esperaba más, aunque este es un mundo difícil. Lo importante, como decía en mi anterior inserción, es que su nuevo propietario, Manuel Pereira, la cuide bien y con él pueda demostrar su calidad.

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